sábado, 2 de mayo de 2020

Semana 7

Querido diario:

Siete semanas!!! Se dice pronto. Siete semanas en las que he salido un total de 12 veces a la calle.

Si la semana pasada se hablaba de la famosa desescalada, esta semana ya hemos conocido cómo será. Bueno, lo hemos intuido... porque la explicación del presidente de nuestro Gobierno era de traca, menos mal que luego dejaba los apuntes.

De momento, seguimos en estado de alarma y esta semana ya podemos salir todos a la calle, incluso podemos correr!!! Pero eso sí, por franjas horarias y siguiendo un orden: primero los deportistas y la gente que quiera dar un paseo, luego las personas mayores y después los niños.

Mientras, me imagino cómo será eso que el presi, mientras presentaba las fases de la desescalada, denominó “volver a la nueva normalidad”. La fase final. “La nueva normalité” cómo empieza a llamarse en los círculos finos. Para empezar, esto es un poco incongruente, pues, si nunca hemos estado en esa normalidad, cómo es posible volver a ella...

El lunes empieza el camino hacia esa normalidad extraña. Es la denominada Fase 0 y en ella no se puede hacer mucho, salvo pedir comida para llevar en bares y restaurantes y ponerse en lista de espera para que te atiendan en algunos comercios previa cita. Habrá que pedirle raciones al bar de abajo para disfrutar en confinamiento porque esta situación puede ser su ruina.

Porque esa es otra de las secuelas que nos ha dejado el virus chino: la ruina del país, una tasa de paro cercana al 15% y la economía por los suelos. De esta va a costar salir y todos tendremos que arrimar el hombro.

Estado y comunidades autónomas van preparando esa desescalada en diversos ámbitos. Yo imaginaba que cuando saliéramos de nuevo a la calle iríamos con lecciones aprendidas: como apostar por lo sostenible y ecológico y, para empezar, y con el fin de evitar contagios, se pide utilizar el transporte privado... vaya...

Yo esperaba una sociedad más organizada y solidaria, donde la salud y la responsabilidad fueran prioritarias a la presencia y a la masificación, pero siempre hay irresponsables que pueden dar al traste con todo el trabajo de estas semanas, ya sean políticos o civiles. Otra decepción. De hecho esta semana ese ha sido mi sentimiento dominante.

Los aplausos ya son más débiles y las redes sociales se llenan de manifestaciones virtuales de sanitarios que piden que no se aplauda. Que lo que quieren son test y protección. Menos aplausos y más dignidad. Los hospitales improvisados empiezan a desmantelarse y las UCIS empiezan a liberarse, así que muchas personas dejan de ser necesarias y ven finalizado su contrato por un valor irrisorio, después de haberse jugado su vida... Espero que este sea uno de los asuntos que se trate en esa nueva etapa que nos espera.

Aunque parece que se ve luz al final del túnel, seguimos dentro de él... Pero hay quien no lo ve así y se para de charleta con el vecino como si no pasara nada. Cierto es que la famosa curva ya va en picado, pero se siguen reportando contagios y víctimas... y recuperados!!! Mientras escribo esto ya han superado al bicho 117.000 personas.

Mañana yo saldré a correr y a dedicar mis primeros kilómetros al aire libre a 25.000 personas y a todos aquellos que lo han dado todo durante este tiempo y lo siguen dando. Por ellos mi aplauso y mi primera carrera fuera de casa.


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