domingo, 21 de junio de 2020

Semana 14


Querido diario: 

Porque te escribo todas las semanas, sino habría perdido la cuenta del tiempo que llevamos en este mal sueño. 

Estrenando la no sé si ansiada “nueva normalidad” veo que ya poco a poco nos acostumbramos a lo que viene: el “me pongo la mascarilla y bajo” ha sustituido a “solo me queda calzarme” y la tenemoslista junto a otros complementos. Es curioso ver a la gente toda arreglada con la mascarilla y los más fashion intentan combinarla con el resto del outfit. Qué cosas... 

También he visto que para demostrar que la gente te importa no es necesario darle un abrazo o dos besos, estar con ellas y compartir confidencias, aunque sea tras la mascarilla. Vamos a tardar en darnos esos achuchones. 

Esta semana volví a Madrid, antes de la gran desescalada que se prevé ya para la semana que viene. Vuelta a una semirutina al menos dos días por semana. 

Esta vez mi motivo fue salir de dudas y ver si soy apta para mezclarme con más gente y de momento no tengo que aislarme. 

Ahora ya la gente que está en la calle no pasea o hace deporte, hace lo que hacía antes, con mascarilla, guardando la distancia y con chorrazo de alcohol para todo, eso sí...

Mientras nosotros pensamos ya en volver del todo a la rutina, enmascarados, hay osados que piensan hasta en las vacaciones!!! Esta semana yo he vuelto a mirar a Oriente, donde parece que tienen la versión actualizada del bicho y vuelven a cerrar colegios, negocios e incluso barrios!! Por favor, ¡otra vez no!

Que al menos nos deje disfrutar un poco de este nuevo escenario, que nos dé un respiro, que nuestra sanidad y economía puedan tomar un poco de aire...

Decimos adiós al estado de alarma... Empezamos el del sentido común. Vamos a por ello despacito y con buena letra... Te iré informando. Nos vemos en la nueva normalidad. Un placer. 
             


         

domingo, 14 de junio de 2020

Semana 13

Querido diario:

Ya se va acercando nuestra despedida... la nueva normalidad está cada vez más cerca y ya nos metemos de lleno en la rutina... me da una pereza, y miedo, bastante...

El balón echó a rodar esta semana, así que la sección de deportes ha dejado de contar historias de superación para volver a lo de antes...

Esta semana fue mi primer contacto con Madrid después de hace tres meses y, salvo que la gente lleva mascarilla y pasea menos apretujada, no noté mucha diferencia, aunque he de confesarte que estaba muy nerviosa y sentarme en el metro me costó, eso sí no toqué nada.

También esta semana, ¡¡por fin!!, dije adiós a That’s English!. Fue muy raro hacer el Speaking en casa hablando con el profesor por web cam. Pero es lo que toca y hacia lo que vamos... así que las consejerías de Educación y el Ministerio empiezan a ponerse las pilas en teleformación, mientras que las escuelas de negocios empiezan a explotar todas las posibilidades que tiene. Gran invento y gran barrera si no se dota de accesibilidad. Espero que los que mandan se den cuenta que hay personas con discapacidad a los que esto no le está poniendo las cosas fáciles. Personas que de momento no se han tenido muy en cuenta en las decisiones y encima el Gobierno no hace más que recortar el gasto social para destinarlo a otras partidas. Alegría...

Esta semana el mundo sigue manifestándose: contra el racismo, la injusticia, la brutalidad policial, el paro, el cierre de empresas... levanta la voz, pero no hay quien escuche... Ahora hay otro asunto pendiente.

En España vamos sin frenos en la desescalada y en breve salimos del estado de alarma y todo queda en manos de nuestro sentido común y responsabilidad. Y mientras, me vuelven imágenes a la cabeza de cuando empezaron las noticias sobre el coronavirus y se producen rebrotes y vuelven a hablarse de muertos “con patologías previas”. Yo, de momento, invierto en mejorar mi espacio de trabajo y en cachivaches para ponerme en forma por lo que pueda venir.

Mientras escribo esto tenía como alternativa estar dando un paseo por Madrid, pero cada vez me cuesta más salir de la terraza de la esquina. No sé si será el llamado “síndrome de la cabaña” del que tanto se habla estos días o, más bien, que hay poco sentido común y bastante irresponsable suelto. Así que, como decía Dorothy en la película de “El Mago de Oz”: “se está mejor en casa que en ningún otro sitio”.



domingo, 7 de junio de 2020

Semana 12

Querido diario:

Parece que pasamos a cuartos y vamos a la fase 2. Utilizo un símil futbolístico porque, después de estar casi 50 días sin hablar casi de fútbol en los informativos, el lunes vuelve la liga. Las clases no... primero el circo... y ya sabemos cómo entrenan los equipos, los controles a los que se someten, el calendario de la liga y el horario de los partidos, que, de momento parece ser que van a ser a puerta cerrada y con el público en sus casas. El balón vuelve a rodar. La nueva normalidad...

Poco a poco vamos saliendo (bueno yo sigo en fase 0 y salgo para lo imprescindible) y como desde el Gobierno resucitan a gente y no cuentan nuevas muertes, pues la gente se confía. Ya el virus no parece tan malo...

Pero los contagios suben y las muertes. Aunque el Ministerio de Sanidad diga un número, las estadísticas oficiales hablan de otro y de mucho sufrimiento.

Hablando de sufrimiento. Esta semana ha tenido un color: el negro. Un hashtag (#blackOutTuesday). Un movimiento: Black Lives Matter. Un código de tiempo: 8 minutos y 46 segundos. Un grito: “I can’t breath”. Y un nombre: George Floyd. Un hombre afroamericano que murió por asfixia por falta de oxígeno durante más de 8 minutos, tras su arresto en Mineápolis, según algunos medios, por intentar hacer una compra con un supuesto billete falso de 20 dólares en una tienda.

La muerte de Floyd fue grabada y pronto se hizo viral, despertando manifestaciones y protestas que se extendieron por todo el país e incluso a otras partes del mundo y al movimiento Black Lives Matter, para protestar por su muerte y la de otros casos de asesinatos de gente afroamericana por parte de la policía, pedir justicia y contra la discriminación racial. Lo mejor para una pandemia mundial...

Esta semana me he puesto a pensar en esa nueva normalidad que nos espera. Según expertos en el tema viene definida por tres palabras: solidaridad, tecnología y ecología. La primera... Bueno... al principio de esto fue una constante, pero ahora que volvemos a la “rutina” creo que nos estamos olvidando y solo hay que ver lo solidaria que es la gente saltándose las normas y poniendo en peligro al resto. Afortunadamente son pocos, pero ahí están.. Pero muchos, de forma presencial o aportando lo que podemos, hacemos que poco a poco se pueda salir de esta. La unión es fundamental.

Tecnología. Sin duda. Esto ha demostrado que no es necesario pasar tres horas en el transporte público y que se puede trabajar desde casa. La tecnología es la gran aliada. Es la que nos ha permitido estar en contacto, alimentarnos, hacer ejercicio, visitar museos y partes remotas o asistir a conciertos sin movernos de nuestro salón. La que ha abastecido de EPIS a quienes más lo necesitaban a través de los makers y sus impresoras 3D (que no 4D como dijo el presi). Ahora toca el desarrollo de app para controlar los contagios o la incorporación de robots en zonas de riesgo. Las oportunidades son muchas.

La naturaleza ya nos ha avisado. Íbamos por mal camino y es el momento de reflexionar y apostar por lo verde. Servidora ya está mirando una bici para pequeños desplazamientos... Mientras hemos estado confinados osos, ciervos, zorros... se han paseado tan ricamente por nuestras ciudades. El calentamiento global y la acción humana está acabando con especies y ecosistemas haciendo que el ser humano esté más expuesto a especies animales portadoras de todo tipo de enfermedades, aumentando el riesgo de contagio y para muestra mirar los últimos seis meses del año. Nos estamos cargando la vacuna natural a muchos coronavirus. Mensaje para los que tiran las mascarillas y guantes por las calles y por donde pillan...

Lo que está claro es que esa nueva normalidad a la que vamos va a ser menos sociable, con menos contacto, más ordenada e higiénica y con nuevas rutinas y escenarios que, al principio nos chocarán, pero luego nos acostumbraremos a ello.

Pero también vendrá acompañada (espero) de un cambio de valores, donde lo importante sea aquello que te hace rico emocionalmente (familia, amigos, tu cuidado) y no económicamente.

Nos vemos en la fase 2, ya nos queda menos...