lunes, 16 de febrero de 2009

Sólo 300


Llegó el día y lo que se anunciaba como una gran protesta quedó en una concentración de amiguetes en una plazoleta cercana a Rubén Darío. Ese es el resumen de la llamada que realizó la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) a sus asociados y colegas "por la dignidad del periodismo".

Es cierto que el periodismo no es la única profesión que atraviesa malos momentos, pero era la primera vez que los periodistas, acostumbrados a cubrir las protestas del resto, salían a la calle para decir a la opinión pública que ellos también están mal. Para lograr ese objetivo, los convocantes que habían citado a los asociados para el viernes 13 coincidiendo con la muerte de Larra, decidieron cambiar la concentración al sábado. Pero era día 14, San Valentín, y muchos cumplieron con sus enamorados respectivos, además, hacía muy buen tiempo y había otras cosas mejores que hacer que protestar, total para lo que va a valer... como muchos pensaron....

Al final 300 acudimos a la cita, la mayoría para cubrir el acontecimiento, que se quedó en mera noticia en algún periódico gratuito de los que resisten o en unos segundos en un boletín matinal. Entre los asistentes, los últimos despedidos, la plantilla de la web de ADN, que acaparó los flashes con sus carteles, al igual que una niña, hija de algún asistente que llegó al corazón del personal pidiendo una razón para ser periodista.

A esa pregunta intentó responder el presidente de la entidad convocante, Fernando González Urbaneja, quien ofreció unos datos que desde luego invitaban a hacerse de todo menos periodista. En este sentido, recordó que en las listas del INEM se han inscrito durante el último trimestre de 2008 mil periodistas más, sobre los 3.000 que ya estaban, un número que, por supuesto, aumentará y la mayor parte de los que tienen la suerte de trabajar lo hacen con unos sueldos de risa. Ya te lo recuerdan en la facultad... aquí se está por vocación... no para hacerse rico... ni por supuesto para aprender a ser periodista, porque esta carrera se podía quedar en un cursillo de fin de semana...

Se cierran medios y sólo sobreviven los que tienen apoyos, los de siempre..., poniendo fin al pluralismo informativo. No importa la calidad y se mira por el dinero y las instituciones que podrían hacer algo por evitar esta sangría miran impasibles y quizá aliviados la situación. En fin, un panorama desolador, a lo mejor, cuando vuelvan las cosas a su cauce, el ladrillo volverá también a mandar en el papel y con un poco de suerte ya estarán en marcha los dos estatutos del Periodista y el Editor que pongan control y eviten los abusos para devolver a esta profesión la dignidad que se merece.