miércoles, 4 de septiembre de 2013

Una cita con un loco genial


Hace unos días cerró sus puertas en el Museo Reina Sofía de Madrid la exposición que se ha hecho con el título de "la más visitada de la historia" en la capital. Así, según la organización, han pasado por ella durante los cinco meses que ha estado abierta más de 730.000 personas y la que escribe ha sido una de ellas. Esta muestra venía del centro parisino George Pompidou, donde consiguió un éxito parecido y se presentaba como la mejor retrospectiva del pintor de Cadaqués.

Confieso que no soy lo que se dice una apasionada de Dalí, aunque su personalidad narcisista siempre me ha llamado la atención, así que tenía curiosidad por ver cómo fueron los principios del genio surrealista y una exposición que todo el que la visitaba calificaba con cinco estrellas.

Mientras estaba en la cola esperando a comprar las ansiadas entradas, solo me hacía una pregunta: ¿qué habrá dentro para provocar tal fiebre? Aquí hago un inciso, ya que mucha de esas interminables colas que se formaron los últimos días era para conseguir el pase gratis, que ya se sabe como somos cuando las cosas son free... si hay que dormir en el Reina Sofía, se duerme, con tal de ver una exposición gratis ¡¡a partir de las siete de la tarde!!!. En fin...

Dos horas de cola después logré una de las últimas entradas para los pases de la mañana, ya que la tarde era gratis previa pernoctación a las puertas y, aunque mi nuevo estado laboral me lo permite, merecía la pena pagar los 8 euros de la entrada y dormir y comer en casa. 

La exposición, bajo el nombre de "Dalí, todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas", recogía en 11 salas lo mejor de la producción de este artista singular en todos los aspectos, así como sus ensayos, bocetos, correspondencia con gente de la época y sus colaboraciones cinematográficas y un documental en el que se descubre su gran "locura". El largo título procede del artículo "San Sebastián" que escribió el propio Dalí que ya se sabe lo que le gustaba los títulos largos para sus obras. Un ejemplo es el célebre cuadro "Sueño provocado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar".

Como es lógico, lo primero que se visitaba eran las obras de los comienzos marcadas por su difícil infancia y su familia a la que retrató en varias ocasiones. De sobra es conocida la figura de su hermana de espaldas mirando por una ventana. Entonces su estilo era menos realista y menos onírico. El cambio se produjo cuando llegó a la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde entró en contacto con Lorca, con quien mantuvo una gran amistad y con Buñuel con quien, tras una sesión, en la que seguro que no faltó peppermint y alguna que otra droga más, colaboró en el corto "Un perro andaluz".

A Dalí le gustaba leer sobre arte y seguir a los pintores coetáneos. Así con unas influencias de aquí y allá comenzó a desarrollar su método paranoico-crítico revolucionando el surrealismo y convirtiéndose en uno de sus máximos exponentes. Es la época de las imágenes dobles o casi invisibles en las que el producto final depende del espectador.

La guerra civil marcó su obra y vida y, desde el exilio, además de representar los horrores de la guerra, desde Estados Unidos escribe su autobiografía "La vida secreta de Salvador Dalí", todo un tesoro por sus preciosas ilustraciones que sirven para poner imagen a sus memorias. Es en Estados Unidos donde se convierte en toda una figura mediática y comienza a colaborar en el cine. Así Walt Disney le propone colaborar en su película de animación "Destino". No sería su única colaboración para la gran pantalla y se encargaría de algunos decorados de "Recuerda" de Hitchcock o de poner el telón de fondo a obras como el Don Juan Tenorio de Ángel Fernández Montesinos.

A partir de los 60 y hasta sus últimos días, no falta performance en la que no esté implicado y su punto de interés y obsesión son la ciencia y la tecnología, comenzando a explorar nuevos lenguajes hasta el punto de reinventarse.

1983: sobre el caballete,"Cola de golondrina". Una luz se apaga en Figueres, un genio desaparece, pero durante cinco meses estuvo entre los muros del Reina Sofía. Un placer...