No nos va el arte

Sin duda el arte contemporáneo no termina de gustar a la gente. Ayer se hacía público el primer balance de visitas del Centro de Arte Dos de Mayo, uno de los emblemas de este año del Bicentenario que estamos viviendo en Móstoles y que, por el momento, se está quedando en eso, en simple emblema.

A pesar de la gratuidad de la entrada y la calidad de las exposiciones, según los datos ofrecidos por la Comunidad de Madrid, en los seis meses que lleva de funcionamiento el centro, han pasado por él 18.000 visitantes. La cifra parece buena si no fuera porque los primeros 12.000 lo hicieron el primer fin de semana de funcionamiento, quizá atraidos por la novedad y el recuerdo que se llevaban tras su visita. Pero como siempre, pasando el tiempo del regalo, el interés decae y más si se trata de un arte difícil de entender.

Yo he sido uno de esos 18.000 visitantes, he podido conocer cómo era la Casona de Móstoles y disfrutar de un momento de relax paseando por el graderío de la planta superior. Con la llegada del Otoño, el centro trae nuevas exposiciones, entre ellas una de fotografías de Roberto Masats, Premio Nacional de Fotografía 2004, que es altamente recomendable.

Una buena alternativa para pasar las tardes de Otoño. Buen arte y además gratis que es lo que se agradece en estos tiempos de crisis.

Un alcalde poco popular

El otro día tuve la oportunidad de ver a mi alcalde, Esteban Parro, muy orgulloso de sus mostoleños. Fue el pasado jueves, durante el pregón de las fiestas patronales. Entonces en el ayuntamiento se dieron cita todos mis paisanos destacados: Las Supremas, los futbolistas Rubén de la Red e Iker Casillas, el atleta Ángel David Rodríguez, el televisivo Christian Gálvez y el gimnasta Rafael Martínez. Parro se sentía emocionado entre tanto ciudadano famoso y no dudó en presumir de los productos "made in Móstoles" ante numerosos medios de comunicación.

Sin embargo, parece que no se siente orgulloso del resto de vecinos, quienes critican el distanciamiento de un alcalde al que califican de "poco popular". Un ejemplo son los afectados por la suspensión de pagos de Martinsa-Fadesa en el municipio, quienes, en repetidas ocasiones, le han pedido que vele por sus intereses.

En una primera reunión fueron recibidos por el entonces alcalde en funciones, Daniel Ortiz, ya que el regidor se encontraba disfrutando de sus vacaciones. Pero, después de mucho insistir, ha habido un segundo encuentro y Parro también ha estado ausente. Los afectados se preguntan por qué el alcalde no quiere recibirles y recuerdan que un día le votaron para defender sus intereses y que para renovar esta confianza hay que estar al lado del pueblo.

Estamos de fiestas

En un día Móstoles se viste de fiesta en honor a sus patrones y digo patrones porque la localidad no olvida en estas fechas a su Señora de Todos los Santos y a su Simón de Rojas. Este año el Ayuntamiento ha decidido tirar la casa por la ventana, ya que son las fiestas patronales del Bicentenario.

Por eso Móstoles, como ya lo fue el pasado Mayo, quiere ser de nuevo protagonista. Para ello, nada mejor que apostar por dos estrellas mediáticas locales: San Iker Casillas recibirá la Medalla de Oro del Consistorio mostoleño momentos antes de que su compañero de equipo, Rubén de la Red, dé el pistoletazo oficial de salida a esta semana de festejos. Volverán a destacar la música, los toros y las peñas del municipio, verdaderas protagonistas de estos días. Pues lo dicho.... a disfrutar y a poner el broche de oro al Bicentenario, aunque todavía queda año y seguro que el Ayuntamiento tiene preparado algo para cerrarlo por todo lo grande.

La edad de la crisis

Para aquellos que no lo sabéis hoy es mi cumpleaños. Hoy hago los mismo años que la democracia en este país: 30. Sí, ya soy treinteañera, una edad que es signo de madurez y experiencia y que suele ser la mejor para encontrar un buen trabajo. Eso es lo normal en Europa. Según me dijo una periodista de Le Figaro que conocí este verano, los 30 años es la edad favorita por las empresas francesas. Por desgracia en España no ocurre lo mismo.

A los 30 ya eres mayor, la empresa no recibe la subvención por contratar a jóvenes y tienen que pagarte la experiencia que aportas, con lo cual, a los 30 no eres rentable. Y es que en España el mercado laboral es eso un mercado donde lo que importa no es la calidad, sino el precio, y más en los tiempos que corren.

Supongo que esta reflexión forma parte de la famosa crisis de esta edad, cuando ves que que tu futuro es incierto mientras que la gente que te rodea tiene por lo menos un plan al respecto, es entonces cuando te das cuenta que la vida va en serio. De pequeños todos imaginamos qué haremos o cómo será nuestra vida a estas alturas, y supongo que eso también es frustrante porque cuando llegas ves que todo lo que imaginaste no se ha cumplido.

Todos vivimos una crisis parecida en nuestras vidas. A unos les llega a los 30, otros a los 20, a otros a los 40... coincidiendo con nuestras etapas vitales y en función de si el cambio ha sido para bien o no. La gente me dice que para nada aparento esta edad y creo que eso es bueno, así que eso lo podré utilizar a mi favor, ¿no dicen que hay quien miente en sus C.V?.