miércoles, 1 de octubre de 2008

Jugar con las ilusiones y la salud


En estos momentos de desesperación laboral que estoy viviendo se me ocurrió probar suerte con un anuncio que leí hace unos días en el 'Segunda Mano'. Según decía se buscaban siete personas para el departamento de atención al cliente de una empresa de nutrición y venía un móvil de contacto al que llamé para preguntar. No me informaron de la oferta, me empezaron a preguntar lo qué quería, lo qué había hecho y mis expectativas y me dieron un día, lugar, hora y un nombre para una entrevista. Demasiado fácil pensé...

Cuando llegó el día fui a la dirección que me dijeron. Príncipe de Vergara 112, planta 5, oficina J, contacto Fernando Díaz. Al llegar encontré una fila de personas de múltiples nacionalidades, principalmente sudamericanas que iban diciendo su nombre y el de su contacto y a las que otra persona muy trajeada y con un montón de chapitas en la chaqueta iba pasando a otra parte de la oficina mientras de fondo sonaba bachata y reggaeton. Lo primero que vi fue el nombre de esa supuesta empresa: Herbalife y pensé que me sonaba y no por ser algo muy bueno como luego intentaron vendernos.

La primera fase fue rellenar unos cuestionarios con tus datos, tu formación, cuánto querías ganar, tu horario y cómo te habías enterado de la oferta. Lo segundo fue una presentación a cargo de un asesor de la empresa sobre la misma, su origen, su forma de trabajar, lo buenos que eran sus productos, su buena situación económica... y todo ello ilustrado con fotografías que se veían que eran más falsas que Judas. Trabajar para la empresa era sencillo, sólo tenías que sacarte una licencia internacional de distribuidor (algo que nunca había oído) y pagar por ella 115 euros. A partir de entonces pasarías a la plantilla de distribuidores.

Finalizada la presentación, llegó lo mejor... de uno en uno los distintos asesores que estaban allí pasaban a hablarnos. Nos decían su nombre y edad y cómo estaban tanto físicamente (con foto incluida) como anímicamente antes de empezar a trabajar para Herbalife y la media de dinero que ganaban, algunos superaban los 6.000 euros mensuales. Me llamó la atención que entre ellos había alguien que decía que era periodista y que cambió su trabajo en una agencia de comunicación para vender esos productos (para participar en un timo sectario, pensé), vamos que tenía de periodista lo que yo ahora de asalariada.

Una vez que terminó la función de teatro de uno en uno pasamos por la mesa de tu contacto quien, tras haberse presentado, la primera pregunta que te hacía era ¿en efectivo o con tarjeta?. Yo le intentaba hacer preguntas sobre la distribución de los productos y si esa licencia era suficiente para poder distribuir un producto que podía ser peligroso para la salud. Mi entrevistador insistía en que primero pagara y luego podría quedarme al primer curso de formación donde se me explicaría todo eso. Le dije que no tenía dinero pero que me diera una tarjeta de contacto por si me animaba y salí corriendo de allí.

Una vez en casa descubrí que en efecto eso era un timo aunque David Beckham luciera su logotipo en su camiseta de Los Ángeles Galaxy y otros tantos jugadores, ya que según explicaron allí las labores de patrocinio de esa empresa son muy grandes y el siguiente objetivo eran los jugadores del Inter de Milán a los que darían además sus productos, pobres.... Una de las características de Herbalife era que contaba con la aprobación de los Ministerios de Sanidad de los países en que se distribuyen sus productos, salvo el español, que ya ha emitido varios comunicados alertando del peligro para la salud de esos productos milagro.

Gracias a mi contacto descubrí la forma de trabajar de esos "distribuidores", una oficina falsa (vamos su casa) y una página web, donde no se indica que se venden productos Herbalife, sino que parece la página de un profesional que promete que, a través de una análisis nutricional on line (otro invento), te va a ayudar. Labor que se completaría a través de reuniones al estilo Tupperware o Avon.
Vamos un timo, una forma de jugar con la salud de las personas y sobre todo con la ilusión de la gente, que en los tiempos que corren es capaz de todo por poder pagar la hipoteca... hasta de cargarse a su vecino con unas pastillitas adelgazantes.



2 comentarios:

Unknown dijo...

Muchísimas gracias Patricia.

Me llamo Cristina y como tú, estoy en fase de desesperada búsqueda de empleo, así que tenía una cita concertada para mañana por la mañana con la estafa que acabas de relatar.
Muchas gracias por poner la información en internet, me acabas de ahorrar el tener que ir a perder el tiempo a ese lugar.

Yo también obtuve la mano en el segundamano y al igual que a ti ,no me dieron ninguna explicación, simplemente me hicieron preguntas, y en mi caso me mandaron preguntar por un tal Sr. Gustavo García.

Ojalá más gente pueda ver esta web!!

Un Saludo.

Cristina

Patricia Rodríguez dijo...

De nada Cristina. Hay que denunciar esas situaciones y evitar que se aprovechen de la gente. Espero que encuentres pronto trabajo.
Un saludo