Qué ganas tengo de que termine ya este año!!!. Si hay una palabra que lo puede definir es parón. Un gran paréntesis que me ha sacado de mi zona de confort, sobre todo en lo profesional, y me ha servido para hacerme gran cantidad de preguntas a las que espero encontrar respuesta en 2014.
Ha sido el primer año en el que he sentido sobre mis carnes y cuenta corriente qué significa eso de llevar una casa y, durante un breve tiempo, he podido también conocer lo que es llevar las propias riendas de tu vida.
Afortunadamente no he tenido que lamentar bajas y el 2013 me ha servido para recuperar amistades, que eso siempre está bien, y consolidar otras. También he tenido la posibilidad de vivir grandes momentos musicales (ya menos) y de conocer un nuevo pedacito del planeta gracias a mis peregrinos favoritos. Un año en el que he vuelto a clase y he conocido a gente interesante y en el que he recibido ese empujoncito necesario para plantearme muchas cosas.
Ahora que termina, no le voy a echar de menos y abro los brazos al 2014. Del nuevo año no espero nada especial, prefiero que me sorprenda, pero solo le pido algo: una oportunidad y que me permita seguir rodeándome de gente increíble. Confío en ti, 2014...
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