miércoles, 23 de octubre de 2013

En el limbo



Bueno pues ya han pasado dos meses desde que me quedé en el limbo... Estar en un ERE de suspensión es quedarse entre dos mundos, en una situación de incertidumbre y totalmente desfavorable que puede acabar con la paciencia de cualquiera (señores del Gobierno, deberían sufrir alguno antes de aprobar sus reformas laborales...).

Ante tal panorama, hay que intentar pasarlo lo mejor posible y aprovechar ese tiempo en tierra de nadie, ya que el desenlace puede ser volver a la normalidad o la consolidación en el INEM y hay que estar preparado.

Un consejo es seguir la rutina que se tenía antes y continuar madrugando como si fueras a trabajar solo que esta vez te dedicarás a tantear el mercado laboral y a mejorar ese gran desconocido para algunos y que optimizado puede dar grandes alegrías: LinkedIn.

En mi caso, y por mi profesión, si hay algo que necesitamos los periodistas es seguir escribiendo, lo que sea, nuestro blog, empezar un libro (descartado...) o, si es posible, encontrar la posibilidad de colaborar en algún medio para no oxidarnos. Así que en ello estoy y he empezado a colaborar en una revista cultural digital que, además de ayudar a mi currículum, me tiene entretenida y me ayuda a no estancarme. Y hablando de estancarse, este vacío laboral puede ayudar a plantearte tu carrera profesional, ver hacia dónde queremos seguir (aunque luego será hacia dónde podamos..) y formarnos en ese sentido. En este sentido, me complace anunciar que empiezo mi camino para formar parte de la comunidad #cmua :-).

Pero claro, también hay que darse un momento de ocio, gratuito al ser posible, que en el limbo no se percibe prestación alguna, por lo menos en la Comunidad de Madrid, (señores del Gobierno, ¿a que esto no lo tuvieron en cuenta en sus reformitas laborales?). Así que largos paseos otoñales que el gimnasio está caro y, bueno, pues yo ahora me dedico al bricolaje y la decoración a pequeña escala... y, oye, que tres meses pasan rápido...



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